Ayer fue un día estupendo y maravilloso como pocos.
Vine a trabajar por la mañana, y eso es de las mejores cosas que hice. Cuando salí comí con mi madre, y tras el día anterior de “come lo que pilles” me hizo una comida buenísima, después de eso me fui a mi casita, y me quede dormida. Siempre me quedo dormida si no hago cosas, y mientras dormía, deje mi móvil de Mafalda cargando, porque tenía poco batería. Llego el momento de encenderlo, cuando por alguna extraña razón el móvil no se encendía. En realidad, sí que se enciende, pero no se carga lo que son las funciones de móvil: llamar, enviar mensajes, ver tu agenda, esas cositas.
Conclusión: otra vez a reparar, y como hay puente, desde el martes que viene, 10 días para volver a tener móvil.
Tendré móvil, pero no línea, no puedo realizar llamadas hasta que abone una factura pendiente, sí, soy una deudora, pero es que la cosa es un poquito complicada, pensaba que sí que había abonado esa factura. De hecho he hecho el abono, pero no a la compañía que tocaba. Errores que puede cometer cualquiera…
Por la tarde, me fui a bailar, porque bailar alegra el cuerpo, alegra el cuerpo cuando te salen los pasos, porque ayer era un patito, pero hay que tomárselo con paciencia, que las cosas no salen a la primera siempre, llevan un proceso de aprendizaje, como todo.
Finalmente, creo que no hice nada a parte de pasear a Tierra, que está súper tonta, y mirándome con sus ojos saltones todo el rato.
Llegando a la mañana de hoy, he hablado con la compañía con la que tengo un saldo a favor, que es distinta a la compañía telefónica a la que tengo que abonar la factura, para tratar de recuperar el importe abonado. Y amablemente me han confirmado que en treinta días recibiré dicho importe. Muchas gracias.
Y espero que esta tarde sea aún más divertida que la de ayer.
¿Pensamiento alegre?
