viernes, noviembre 14, 2008

Hechos curiosos, sucesos cotidianos.




Buenos, la verdad es que quería exponer algunas anécdotas de mi (emocionante) vida diaria. Esas pequeñas cosas que hacen los días diferentes. Pero que no conté en esos días, si no que las narró ahora, porque tengo tiempo (y hay que aprovechar que no se me han olvidado).

  • I. Mi hermana Puh, me dejó un paraguas plegable, de esos con una fundita a juego con el paraguas. Personalmente, yo, soy una negada y me costaba la vida meter el paraguas en su funda. A lo que mi querida hermana, se acercó y me dijo: “eso es como poner un condón” y en un flis, flas lo puso.
  • II. Caminaba alegremente hacia correos, día de recados, y me cruce con la madre de un amíguete, y pensé: bueno, no me habrá visto, sigo a lo mío. Y ella me paró, y me empezó a preguntar por mis gafas de sol. Porque el modelo le encanta, y le sienta muy bien. Así que no dudo en cogerlas y probárselas. Y son las gafas más sencillas del mundo (y las más baratas también).
  • III. Le enseño a mi querida mamá lo que he aprendido, a hacer el camello, y ella, con su dulzura característica, me dice: “¿Qué haces? Si parece que estás follando”.
  • IV. Me dejaron amable, muy amablemente, un pañuelo para bailar, porque con pañuelo se baila mejor, no tiene una explicación científica. Pero baile con pañuelo.
  • VI. Además de tener clase particular, ella y yo, para premiar mi asistencia, mi querida profesora, me ha quitado la hoja de oraciones para que así me esfuerze en clasificarlas. Todo un detalle.

Y de momento, no tengo nada más que añadir.

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