jueves, diciembre 20, 2007

Las princesas



Somos todas princesas, no, y tenemos que casarnos con bellos príncipes, enfundados en ropas de gala, y que sepan llevar el reino, es lo mejor para nuestros súbditos. O eso nos han dicho, en realidad, no soy una princesita, desciendo de otra rama, creo que no llevo un hermoso vestido de satén que brilla cuando le da la luz.

Somos princesas, y los hombres mayores que nosotras son nuestros pretendientes.
Somos princesas, y los príncipes mimados de reinos lejanos nos hacen la corte.
Somos princesas, y cuando la Luna nos tapa el sello real de la mirada, los mozos de cuadra nos llevan a lugares poco principescos y nos hacen sentir como chicas normales.

Pero si soy una princesa, que no lo soy, porque espero a un mozo de cuadra, porque no tengo a mi príncipe, el lindo jinete venido de un reino lejano que me enseñaba las cosas con el glamour de un príncipe, porque disfruto con la paja, pudiendo tener seda y oro...

¿Alguien sabe que paso en el cuento?

lunes, diciembre 17, 2007



Buenos días una fría mañana de diciembre, a 17 ya, se nos acaba el año en nada, como pasa el tiempo, sin prisa pero sin pausa. Que risa. Se nos caen los años uno tras otro, ¿habéis hecho algo de lo que estar orgullosos? Espero que sí.

Estoy aprendiendo a tejer calcetines, de momento puedo decir que tengo medio, he llegado al talón, me ha hecho gracia hacerlo, me ha gustado tejer con 5 agujas, al principio no está nada perfecto, ni bien hecho, pero luego me da pena volver a empezarlo, es el proceso, si le llego a hacer pareja que nada nos lo asegura, estará algo mejor, porque ya no será mi primer calcetín, será el segundo.

También tengo un Pokute para Sere. Lees esto Sere, tienes un Pokute para ti. A Puh le hice un gorro chulísimo rosa palo, pero como se me acabo la lana y era de procedencia poco fiable, (de los chinos, nunca encontraras el mismo color otra vez) púes ahora tiene una versión más moderna a rayas de el mismo estilo pero distinto en realidad. Ya subire fotos, (creo).

Tengo el cuello adolorido, creo que puede ser por mi postura frente al pc, tendré que ir al fisio o algo así, a que me coloquen las cosas. Y bueno… mi musa no está conmigo…

viernes, diciembre 14, 2007

Algo rápidito



Voy a aprovechar unos minutillos para escribir, sólo por poder subir unas líneas, porque en realidad aún tengo varias cosas que hacer. Entre ellas mi consabida y adorada pasión por limpiar el baño en una lucha cuerpo a cuerpo uno contra uno, mientras pienso: “espero que por esto no se me estropee la manicura”. Sí, ese tipo de cosas tiene lugar en mi mente.

Quería escribir tantas cosas, y en el momento no tuve tiempo, y ahora es como querer vomitarlo todo de golpe en pocas palabras y lo más rápido posible, pero es que vomitar no es agradable, y cuanto antes lo eches todo mejor. Con esto quiero decir que ahora no sé bien como organizar lo que quería escribir.

Mejor me tomo mi tiempo y lo cuento mejor otro día.

lunes, diciembre 03, 2007

Érase una vez



Había una vez, un tiempo de belleza, fantasía y magia, con dragones y hadas, y encantamientos, que afectaban tanto a los lugareños como a los que se acercaban de tierras muy, muy lejanas. Entre todas estas criaturas maravillosas, vivía una Princesita, de cabellos rojos como el atardecer, con la piel blanca como la nieve, y los ojos verdes esmeralda, esta hermosa princesita, vivía en una torre custodiada, en un hermoso palacio de cristal, del que jamás podía salir supuestamente, púes la Luna se apiado de ella, y en su gobierno, siempre bajo el manto de las pícaras estrellas, la Princesita de ensueño, podía ser libre, y ponerse la máscara de “normal” y tener aventuras de chica normal.

Así la Princesita encontró algo parecido a vivir, a disfrutar custodiada por la magia de la noche, y el amor de la Luna, conoció las cosas que todos vivían pero que a la luz del día para ella no existían. Conoció a otras princesas, y seres mágicos que se escondían tras disfraces de “normalidad” pero hay que tener cuidado con la “banalidad” del mundo “normal”, porque la magia se diluye en él. Porque puedes perder tu magia, su amiga de ojos color de la noche, se lo recordaba, con cariño, “Princesita, tú eres mágica, no lo olvides, él no es un príncipe de verdad, porque para serlo, tendrías que compartir con él parte de tu magia”.

Pero la Luna es traviesa como las estrellas, y su brillo encantador se lo ha robado al Sol, y lo ha hecho suyo, y un simple mozo de cuadra parece un caballero de brava montura, y te hace caprichosa, queriendo tener lo que las chicas “normales” tienen. Pero, ¿de verdad quieres dejar de ser princesa? Habría que buscar otro ser mágico en las escapadas nocturnas, para que ninguno perdiera su magia. Oh, pero es tan divertido, es tan bonito ser como todas las demás, que poco a poco cedes.

“No cedas Princesita, no pierdas tu magia, no te apagues en un mundo de banalidad”