lunes, diciembre 03, 2007

Érase una vez



Había una vez, un tiempo de belleza, fantasía y magia, con dragones y hadas, y encantamientos, que afectaban tanto a los lugareños como a los que se acercaban de tierras muy, muy lejanas. Entre todas estas criaturas maravillosas, vivía una Princesita, de cabellos rojos como el atardecer, con la piel blanca como la nieve, y los ojos verdes esmeralda, esta hermosa princesita, vivía en una torre custodiada, en un hermoso palacio de cristal, del que jamás podía salir supuestamente, púes la Luna se apiado de ella, y en su gobierno, siempre bajo el manto de las pícaras estrellas, la Princesita de ensueño, podía ser libre, y ponerse la máscara de “normal” y tener aventuras de chica normal.

Así la Princesita encontró algo parecido a vivir, a disfrutar custodiada por la magia de la noche, y el amor de la Luna, conoció las cosas que todos vivían pero que a la luz del día para ella no existían. Conoció a otras princesas, y seres mágicos que se escondían tras disfraces de “normalidad” pero hay que tener cuidado con la “banalidad” del mundo “normal”, porque la magia se diluye en él. Porque puedes perder tu magia, su amiga de ojos color de la noche, se lo recordaba, con cariño, “Princesita, tú eres mágica, no lo olvides, él no es un príncipe de verdad, porque para serlo, tendrías que compartir con él parte de tu magia”.

Pero la Luna es traviesa como las estrellas, y su brillo encantador se lo ha robado al Sol, y lo ha hecho suyo, y un simple mozo de cuadra parece un caballero de brava montura, y te hace caprichosa, queriendo tener lo que las chicas “normales” tienen. Pero, ¿de verdad quieres dejar de ser princesa? Habría que buscar otro ser mágico en las escapadas nocturnas, para que ninguno perdiera su magia. Oh, pero es tan divertido, es tan bonito ser como todas las demás, que poco a poco cedes.

“No cedas Princesita, no pierdas tu magia, no te apagues en un mundo de banalidad”

3 comentarios:

Puh dijo...

Me ha gustado =3

Anónimo dijo...

Supongo que a veces las princesas también se cansan del precio de su magia y quieren ser tan normales como el mozo de cuadra y la muchacha que friega los suelos. Que no es princesa pero la sensillez de su vida es lo que la hace tan feliz...

Pero no nos engañemos: las princesitas así no pueden aspirar a ese tipo de vida porque acaban malditas y se convierten en brujas de piel verde y verrugas en la nariz.

Tienes razón, los mozos de cuadra y las princesas no están destinados a estar juntos.

Anónimo dijo...

sensillez? XD quería decir sencillez