martes, marzo 11, 2008

Y si te reencarnas en un pez




Cuando me reencarne, tendré otra vez mis dos rodillas sanas. Pero y si me reencarno en un pececillo. Un atún, o un salmón, listo para la cena. Podría pasar, quien dice que no.

Estoy teniendo una serie de absurdas complicaciones, que son tan sólo una falta de organización. O eso, o que no tengo ningún esclavo a tiempo completo que me sirva 24 horas en todas mis necesidades.

Y que cosas no puedo hacer, realmente, puedo hacer muchas cosas, pero las que quiero hacer son justo las que no puedo, siendo francos, desde una perspectiva distinta, seguramente puedes ver que no es para tanto, pero ahora no sé ponerme en esa situación. Esta claro que no es el fin de una era. Pero es un trago difícil.

Y si luego resulta que acabo siendo un pez, un pececillo de colores, en una pequeña pecera. O uno grande, en la inmensidad del océano, con un cerebro de poca capacidad, sin más preocupación que nadar y comer.

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