Ayer fue un día con cosas de perros, para empezar aquí en fiestas, las fiestas patronales, hay costumbre de desfilar con unos trabucos cargados de pólvora, y disparar con ellos al aire para crear ambiente, o algo así.
Que tiene que ver esto con mi perro, púes a ella la verdad es que lo de los petardos, y demás sonidos fuertes y repentinos, no le hacen demasiada gracia, la desconciertan y le dan bastante miedo. Este desfile pasa justo al lado de casa, lo que hace que cada poco suene un trabucazo junto con otro, y otro, esto supongo que la agobia sobre manera, así que tenía a un perro andando en círculos en el salón. Cojeando de una de las patas de atrás y con dificultades para respirar… ¿ansiedad?
Bueno, el día acababa de empezar, por la tarde pudo jugar un poco con su amiga Linda, un American Stanford terrier, lo que debe ser divertido. También vimos a Trotsky, un husky. Despúes fuimos a ver a Lauri Love.
Dejamos a Tierra en la puerta, porque no puede entrar al local, y nos íbamos a ir en seguida, no tardaríamos más de quince minutos, y Lauri salió un momento porque creía que llamaban a la puerta, pero nadie oyó nada. Y menos mal que creyó oír algo, porque se encontró con que una familia extranjera se llevaba a Tierra. Que disgusto, si no llega a salir, se llevan a Tierruna a saber dónde.
En fin, no ha pasado nada. Pero ya no voy a dejar a la perra atada en cualquier poste, ni cinco minutos.
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