miércoles, julio 12, 2006

la sosa vida de Di


Bueno, un día más llego al curro, y me pongo a hacer lo que me dicen, llama a tal, pásate por no sé dónde, haz las notas para no sé cuál y las facturas del otro. Que diversión…

Ayer estuve toda la tarde con las nenas, vimos una película, les di la merienda, y me las lleve a mi casa a que viesen a mis mascotas, para esto tenía que vestirlas, a la pequeña en seguida, Aída vio sus pantalones y se acercó a ponérselos, Mónica ya es más complica. Primero que se coma la merienda, después explicarle que la camiseta de verdad es así, y luego hacerle comprender que aunque ella no lo crea se atar unos zapatos, bueno, la fase de “vestir niñas” superada, Toca llegar a la calle, sí, parece fácil pero es que ser tan guapa como Mónica es muy duro, así que tiene que contemplarse en ese enorme espejo que hay en el portal. Llegamos a la calle. Eso no fue complicado, excepto porque el carrito y Calpe no son compatibles. Entramos en casa, y ¡oooh! Sorpresa, Di tiene un enorme, enorme perro, que por su puesto a mi me parece pequeño, que se acerca a saludar, bueno, Puh se llevo a Tierra y mi carrete de fotos a revelar. Pero Aída se asusto de Puh… ahora Tierra le hacía mucha gracia.
Toca agobiar al conejito, pobre conejito, pero bueno lo soporto como un campeón.
Y la pequeña no sé porque se obsesiono con la puerta de mi vecina… le encantaba… eso y mover las garrafas de agua, que pesan casi lo mismo que ella…

Por cierto, no salió ni una foto… snf, snf, el carrete estaba nuevo, no estaba velado, ni nada de nada… no sé que ha podido pasar quizá lo puse mal, o algo así. De todos modos lo volveré a intentar.

Hoy haciendo uso de mis maravillosas dotes de aparecer en el momento más oportuno, mientras un grupo de señores ya entraditos en años (y en carnes) hablaban alegremente de cómo hay que mirar el culo y las tetas de toda mujer que se les pase por delante, y ahí aparezco yo, y encima conozco a uno y saludo amable y sonriente. Aish…

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