viernes, noviembre 30, 2007
Yuyegingliangkeli
Anoche fui con Juyu a cenar al chino, Casita Asia, que es al que más me gusta ir, la chica que lo lleva es muy maja. Bastante amable, y siempre que vamos nos pregunta por todos los de casa, ya que solemos ir todas.
Púes como la chica ya nos tiene confianza, me ha preguntado que tomo por los granos, y me he regalado un te depurativo chino, para limpiarme por dentro. Me ha dicho que es algo amargo pero que va muy bien, ella lo consigue de China, así que es un detalle que me haya regalado la caja entera. Y no sabe mal… bueno le eche azúcar y manzanilla, pero claro… si de por si me dijo que era amargo.
La cosa es que me ha parecido tan encantador que se preocupe por mi de esa forma. En fin, a ver que tal me va el té chino.
miércoles, noviembre 28, 2007
Gracias Aidu
lunes, noviembre 26, 2007
Lunes tardecito al curro
He llegado tardísimo, tengo agujetas por casi todos lados, o al menos dónde más molesto es. Tengo frío, voy a estar hasta casi la tarde con prisas porque me he levantado una hora más tarde, mi despertador se ha quedado parado en las 7:15… no compréis pilas marca la pava, no merece la pena. Me han durado a lo sumo, una semana… fatal.
Pero estoy feliz, cansada, adolorida, pero feliz.
Me han traído un pedazo de calendario que tendríais que ver.
Este fin de semana no he sido madre por horas, lástima… es casi algo que necesito un poco, luego me han dado una dosis de verdad, de verdad de esa fría y dura, de verdad de la que no quieres ver, y aun viéndola, le haces el feo de ignorarla hasta tal punto que consigues creer que no existe en realidad, pero ella está ahí, y es verdad, y la verdad es fuerte, y la verdad te golpea con su crudeza cuando la niegas. Y salio sutilmente pero fulminante, y me dijo estoy aquí, querías olvidarme, o pensabas que ya no importaba, pero sigo aquí.
Pero la verdad no es mala, es sólo que a veces, no quieres aceptarla por… porque no quieres aceptarla, es la verdad, y es lo que hay.
Y… Bueno… todo va bien.
martes, noviembre 20, 2007
Aprovechando un ratito
Ahora que tengo un ratito, que estoy sola y puedo pensar, ¿cómo estáis amiguitos? Os sigo leyendo poco a poco, y escucho (leo) lo que contáis. Todos sabemos que la hermosa princesa a veces, se casa con un fontanero, que aunque trabaja mucho, está en casa para jugar con los niños, oh, si en ese cuento también hay niños. Hemos sido todos buenos chicos, nos portamos bien, hacemos los deberes, yo lo intento al menos, el hacer los deberes, o quizá son los “no debería” los que sigo llevando muy al día.
No debería estar aquí escribiendo, si no… Complete la oración anterior.
Cuando me canso de chupar muerdo, soy limpita y educada. He cogido ese chupachus de mora que tanto me gusta, he tirado el papel a la papelera, y más tarde el palito, pero no he podido evitarlo lo he mordido. He hecho más cosas [atenta cielito] llevo 1,50m de bufanda, lo que significa que en cuanto se me acabe la lana estará terminada. Ya comentaremos como te la hago llegar.
Voy a cogerme un par de días está semana, para hacer cosas, cosas poco interesantes, y cosas muy interesantes. De interés personal podríamos decir, pero es algo que me hace falta.
Ayer [este ayer, se refiere al domingo, porque estas línea las escribí el lunes] estuve en la feria de Callosa, feria medieval, estuvo muy chula. Me compre inciensos, y queso. Me gustan esas ferias, pero claro, también son lugares para comprar… no. Bueno había espectáculos, pero también había mucha gente alrededor.
Fue un buen fin de semana. Me faltaron un par de cosas por hacer, pero hice otras, siempre hay prioridades. Y no me toco la burra.
jueves, noviembre 08, 2007
Tantas cosas, pero al final nada.
Van pasando los días y no me da tiempo a actualizar mi queridísimo blog, tengo más atareadas las mañanas, y en consecuencia estoy ahora escribiendo en casa para más tarde poder subir este texto.
Tengo, o tenía bastantes cosas que quería contar. Porque llevo tiempo sin escribir, y hay cosas que me hubiese gustado contar antes, y también habrá cosas que me gustaría haber contado antes, sabiendo que se me olvidan y en alegre consecuencia no serán escritas. Pero de igual modo, esto se puede ver como un aliciente a que sólo narre los hechos más relevantes… o quizá para que sea aún más desordenada.
Llegue a quedar con Aris, antes de que se volviese a su ciudad, no mucho, pero cenamos todos en el chino y fuimos a fumar tabaco de manzana en cachimba, la verdad es que fue una noche divertida, y me hubiese encantado llevar la cámara para hacer fotos, el local realmente me encanto.
Así que siguen pasando los días y me comunican hechos ocurridos sin mi presencia, la verdad es que nada me ha sorprendido, me ha sentado mal, porque aunque no sean algo que no me esperase en realidad, es porque a pesar de no decepcionarme, al contrario, la gente hace exactamente lo que se puede esperar de ella, ya que de otro modo, te engañas a ti mismo, sí, creo que es exactamente eso, cuando alguien más te sorprende es exactamente cuando hace algo que no estás preparado para que haga. Y no estoy tratando de explicar ninguna acción positiva de las personas, algo bonito, como un regalo, o una visita, no… porque lo que nos mola es hablar de cosas feas.
Bueno, mola hablar de cosas feas, pero cansa, cansa porque me siento una persona gatuna, que pronuncia la erre con calidad sonora, que la alarga a veces demasiado. Porque me apasionan las cosas, y hacer cosas, e incluso llega un momento en que disfruto de no hacer nada, de mirar al techo fielmente, sin perderme ningún detalle de este, y lo mejor del techo es que no hay nada que mirar, que es blanco y liso. Sin grieta alguna que distraiga mi atención. Y disfruto de esos momentos panza arriba, alegre y aletargada en mi ensimismamiento.
Pero sabemos, y si no lo sabéis os lo cuento ahora, que también hago cosas, [y para que se note, esto va por ti belleza] hago interminables bufandas, que se atascan, pero de repente parece que fluyan, que se dejen llevar hasta su fin propio que es abrigar bellas gargantas de porcelana, y arropar cuellos níveos con estilo. Y al día de hoy puedo decir, y lo escribo para que conste, que tengo la mitad, y que si sonríe la suerte, y con ánimos renovados, la tendrás entre tus manos.
Mientras una bella musa de los tejidos me acompaña en el habito de hacer cada tarde aunque sea un poquito más, y que ya poseo esa característica indispensable para las abuelas de tejer sin necesidad de mirar, termino la labor mientras veo la tele. Se acerca peligrosamente mi primer examen, que por lo único que realmente me preocupa es porque le seguirán más. Y en fin, así es el juego, tú enseñas tus cartas, y si no son lo bastante buenas, gana la banca.
Al final no he contado tanto, pero me siento bien, tan sólo me gusta poner estas cosas, escribirlas para vosotros, y tal,o tal vez simplemente escribo para mi. A parte, escribir es una cosa de las que no son feas, pero se pueden escribir cosas feas.
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