viernes, junio 13, 2008

He pisado la playa.




Ayer por la tarde quede con Juyu, porque hacía solecito, para bajar a la playa, cogimos los trastos y por lo menos pensaba jugar una partida de cartas o algo, bajamos una escalera, llegamos a la arena, extendí la toalla, y sonó el móvil, que es un invento mágico que nos permite estar comunicados con nuestro entorno.

Y era algo urgente, subí de nuevo la escalera, no estamos en forma, porque teníamos las tres la lengua fuera. Llevamos a un pequeño Bruno, un perrito, a que le dieran unos puntos, es un perro majísimo, se porto como un campeón, no dijo ni media. Y el dueño tampoco se lo tomo a la tremenda. Fueron ocho puntos de sutura.

Y posteriormente, no hice mucho más, bueno, esta el detalle de que no conseguía que el coche de Mónica fuese marcha atrás, con lo que el cochecito de Laura, la veterinaria, corría peligro, y que lo revolucionaba demasiado, pero es falta de costumbre. Y me sentía enorme.

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