Ayer al final no tuve tiempo de escribir. Y tampoco es que hiciese muchas cosas… Intentaré hacer un recuento, para ejercitar mi ya de por si reblandecida, memoria. Empezando por lo fácil y obvio.
Me levante, he hice todo lo pertinente para salir a trabajar, planche la camisa, ya que la noche del domingo nunca me molesto en plancharla. Vale, todo lo típico y monótono, de la mañana del lunes, curro y tal. Bueno, excepto porque me encontré a Sonia, que hacía mil que no la veía y ahora lleva gafas y se va a comprar un pisito. Fui a comer a casa de Mima, recogí mi ropa…. (bla, bla, bla).
Llegamos a la tarde, estuve charlando con Nez vía msn, y comentando su nueva faceta. Salí a patinar, no sin tener mis dudas respecto a llevar unos pantalones amarillo fosfi con reflectantes, pero luego te metes por calles oscuras y se agradecen. Vi en la puerta del lidel o como se escriba, un hombre, mendicante él, con su botellita de vino tinto, y un sofá… si, un sofá… Después de intentar sacarle una foto con el móvil y no conseguirlo, me volví a casa.
Fui con Tierra a cenar, era algo tarde ya, así que no se pudo juntar con los demás perros, pobre…
La cena fue divertida porque a Juyu se le ha ocurrido la maravillosa idea de contar calorías, el fallo es que no sabe las calorías que se han de consumir, ni cuantas tienen cada cosa, así que lo hace a ojo. Es la risa.
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