Mi hermana tiene una mascota minúscula, su rata. En realidad es un hámster ruso, de esos chiquitajos, y no es demasiado activa (es hembra) se llama Ichi y está algo gordita.
De vez en cuando sale a dar una vuelta por la casa, lo que debido a su tamaño debe ser toda una aventura, más que nada por el “Cancerbero” dispuesto a parar sus planes, o algo. Es decir Tierra. Si comparamos tamaños, es como si te persiguiese un autobús. Este hecho, es lo que hace que si Ichi, se escapa tengamos ciertas dudas sobre sus posibilidades de supervivencia.
La ratilla se mete en algún lugar desconocido, y la perra no nos lo dice, ella, la perra, seguramente lo sabe, por eso del oído y el olfato. Entonces le preguntas, “Tierra, ¿dónde está Ichi? Búscala.” Y como única respuesta, o bien sale al balcón, o bien se acuesta panza arriba. Que le vamos a hacer. Pero pasa algo a lo largo del día, que te hace pensar que sabe dónde está. Cuando Puh se mete en su cuarto y ella corre detrás.
Bueno, al final conseguimos capturar a la rata, está de nuevo en su jaula, me tuve que tirar al suelo para cogerla (y me dolió mucho), mientras el perro estaba debajo de la cama también intentando cogerla. No sé cuando desarrollo esa habilidad de meterse a la carrera debajo de la cama pero para el tamaño que tiene es de admirar.
1 comentario:
Y al día siguiente Tierra, siento que te doliera, gracias por cogerla.
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