Es la entrada nº 400

Bien, pues he de suponer que ya lo sabéis todos, pero por si aún no os lo ha dicho nadie, me he ido a pasar el puente con Nezha (todo eso es tuyo) que es una chica tan guapa, tan guapa, que todo el mundo la mira.

Y la verdad lo hemos pasado en grande, a pesar de que me pegase y me hiciese dormir en el suelo, o algo así. A lo mejor en realidad me caí, pero eso no es importante. La pequeña ciudad me pareció tan linda, pequeñita y limpia. Y los garitos a los que fuimos, eran muy divertidos. Una maravillosa bocatería, en la que trato al público es simplemente encantador. Y también a un bar, en el que un señor grande me vio cara de tener que enseñar el carnet para entrar, y me sentí tan halagada que me hice una foto con él (próximamente). Además nos encontramos gente digna de recordar, en una breve enumeración: chico rubio, chicos galleta, mini copia de Blizz. Y puestos a recordar cosas, no lo hice, y me deje el cargador del móvil (¿se puede vivir sin móvil?). Juntas hemos iniciado un maravilloso cuaderno del mal, en el castillo del mal, pero las frases son, decididlo leyéndolas.

Además he de mencionar que ya he ido al traumatólogo, el miércoles antes de irme, y en realidad sólo me dijo que tengo el menisco roto (sorpresa) y me preguntó sí quería operarme. Entre otras cosas habría que remarcar el hecho de que estuve esperando dos horas porque mi nombre no es tan típico como pueda ser María García. Pero como ya sé la palabra secreta, soy mucho más feliz.

Al volver a Calpe, y ha ducharme con agua fría, sí, en casa de Nezha hay agua caliente, vi de pasadita a el chico puro de la película. Y estuve en la fiesta de la cerveza, día de moteros, para poder ver motos chulas y escuchar música estilo “Blues Brothers”.

Recuerdos de Castellón: bragas con estampados salvajes.
Y un saludo especial para la chica del cumple, Lalilila.