jueves, enero 31, 2008
Ser o tener
Vaya, casi la hora de salir. Se me ha pasado la mañana en un suspiro, a pesar de que no he hecho nada… si tal cual, nada. Es una aberración madrugar (cof, cof) para no hacer nada, pero a la que me descuide tendré muchísimo trabajo por hacer, porque la vida se compensa, para que haya días lentos y desahogados, contra rápidos y atareados.
Que bonito es el equilibrio.
Alguien más cree que tengo cara de mala (brava), bueno. Me lo han dicho ya alguna que otra vez más, pero, en otros entornos y tonos. Tengo cara de mala, mirada del mal, y si las tengo, nací con ellas, o son producto de mi relación con el entorno, o es quizá consecuencia de perfilarme las cejas. Y entre tanto absurdo, porque lo que para mi es mirar con indiferencia, o condescendencia, se ha transformado desde el punto de vista del observador en “mirada del mal”. O incluso, se ha llegado a comentar la posibilidad, ya de por sí mundana y abyecta de que “miró mal”. Mira que molestarme en ahorrar para no usar gafas para que luego resulte que me han dejado unos ojos malvados. Y que hieren a las sensibles gentes que se sienten observadas.
Sin más dilación y esperando no recibir objeciones al respecto, me temo que tendré que entretenerme en otros menesteres, de lo que no se debe incidir que no sea este un divertimento apropiado, sino más bien que he de dedicar mi tiempo a cosas que pueden no ser tan divertidas pero sí más apropiadas.
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