Ayer decidí sacar a Kramer, el yonki, a pasear por la Vallesa, fue divertido, le saque un par de fotos. A ver cuando las revele. Al principio estaba nerviosito, pero luego se lo paso muy bien, hizo hoyos, y esas cosas… Se me acercó un señor, preguntándome si hablaba alemán, a lo que conteste que no, obvio, y me contó que dónde el vive, hay un conejo blanco, que va de jardín en jardín, incluyendo esto el suyo, y se ve que se le ocurrió que podría ser mío. Le dije que no, que el mío es Kramer y que no tengo más, y que no pensaba soltarlo para que se escape. Nada, al final quedamos en que si sabía de alguien que lo pudiese haber perdido, que andaba por allí.
Al llegar a casa tuve que echarle el spray para las pulgas, porque se ve que tiene otra vez, no sé de dónde las saca el pobre, pero lo traen frito. Lo malo es que no le hace demasiada gracia lo del spray.
Mañana voy a la pelu, a ver que me hace. Y está tarde quiero ir a Altea, a dar un paseo, hacer fotos, y ver si encuentro FIMO.
Hoy he ido al banco, y me he encontrado a mi casera. Me ha saludado, la verdad es que no entra dentro de lo normal que me salude.
jueves, septiembre 07, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Pobre conejito yonki, con lo mal que se pasa con las pulgas, encima es una picadura que dura dias....
Me gusta tu pelo *-*
Publicar un comentario